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Sueños lúcidos: ¿Cómo aprender a elegir lo que soñamos?

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Volar como un pájaro o controlar las pesadillas: lo que parece un superpoder es posible gracias a los sueños lúcidos.

En ellos, los límites entre el sueño y la realidad se difuminan: una persona dormida está soñando, pero es plenamente consciente de la situación. Muchas veces, el soñador puede decidir libremente e intervenir activamente en el sueño.

No todo el mundo ha tenido esta extraña experiencia o conoce el término exacto. Expertos señalan que una de cada dos personas cree haber experimentado un sueño lúcido en su vida.

Aproximadamente una cuarta parte de todos los adultos experimentan sueños lúcidos con regularidad.

El sueño lúcido se puede entrenar. La técnica de aprendizaje más sencilla es la verificación de la realidad: aquí uno se hace la pregunta varias veces al día:

“¿Estoy soñando o estoy despierto?”. El truco consiste en convertir esta pregunta en un hábito, para que aparezca también en los sueños.

Durante el día y en sueños, uno responde a esta pregunta con un autoexamen, por ejemplo, dándose un pellizco notable. Se siente el dolor cuando se está despierto, pero la prueba falla cuando se está soñando.

Un diario de sueños también puede ayudar con los sueños lúcidos. Sin embargo, las personas que sufren pesadillas con frecuencia no deberían intentar tener sueños lúcidos sin asesoramiento terapéutico de un profesional.

¿Qué pasa cuando se tienen sueños lúcidos?

Las investigaciones sobre el sueño se han centrado más en este fenómeno desde la década de 1980. Los investigadores han podido demostrar que los sueños lúcidos ocurren poco antes del despertar, en la fase REM (sueño de movimientos oculares rápidos).

La fase REM se reconoce por los rápidos movimientos oculares debajo de los párpados en las personas. A diferencia de la fase de sueño profundo, aquí el cerebro vuelve a estar más activo.

Algunas regiones del cerebro están notablemente activas durante los sueños lúcidos: “Esto incluye, por ejemplo, una zona del cerebro que está activa cuando estamos despiertos y pensamos en nosotros mismos”, afirma el neurocientífico Martin Dresler de la Universidad Radboud, de Nimega, en Países Bajos.

En las personas que los tienen con frecuencia, el cerebro muestra otra anomalía: su lóbulo frontal anterior es más grande. Esta región es importante para la autorreflexión.