Mantener un buen descanso es una necesidad básica del organismo en cualquier edad. No obstante, es cierto que los niños necesitan más horas, ya que es la base de su desarrollo tanto a nivel físico como psicológico.
De hecho, se ha demostrado científicamente la relación entre sueño y crecimiento. La clave está en la somatropina, una hormona encargada del desarrollo de los tejidos y que se libera especialmente durante las horas de dormir.
Pero las horas necesarias pueden variar en función de la edad. Los más pequeños son los que necesitan más horas, entre 10 y 12. La duración va disminuyendo de forma progresiva desde la niñez hasta la adolescencia.
En esta etapa los niños ya necesitan un descanso similar al de los adultos, entre 8 y 9 horas. Es fundamental que los niños duerman a diario la cantidad de horas que les corresponde según su edad.
La falta de este puede interferir en el crecimiento del niño y puede interferir en sus capacidades de aprendizaje, concentración y motricidad.
Claves para un buen descanso
- Crear una rutina con el niño. Uno de los pasos básicos para tener un buen descanso es establecer una rutina, tanto para pequeños como adultos. Algunos hábitos que pueden formar parte de esta rutina son el baño, la cena y el cepillado de los dientes.
- La cama, nunca un castigo. Muchos padres amenazan a sus hijos con enviarles a la cama si no se portan bien. Esto provoca que los pequeños relacionen la cama con un castigo, algo que puede complicar su rutina de descanso. La cama debe relacionarse con la relajación y el sueño.
- Actividad física. Practicar ejercicio ayuda a liberar energía. En el caso de los niños, puede ser clave para que lleguen más cansados y tengan más predisposición para ir a la cama.
- Evitar distracciones. Para favorecer la relajación del niño, se recomienda evitar actividades que lo estimulen. Hablamos de la televisión, los dispositivos móviles y los videojuegos. Estas actividades tienden a alterar a los pequeños, algo que puede retrasar el sueño.
- Cada uno en su cama. Conforme el niño se va haciendo mayor, es muy importante que no se acostumbre a dormir con los padres. También conviene que aprenda a acostarse por su cuenta, siguiendo la rutina marcada para favorecer un descanso de calidad.